La vida no ha resultado fácil para Reinildo Mandava (Mozambique, 30 años). Creció en medio de la pobreza y siendo un niño sorteó el peligro de las calles en las caminatas que emprendía a diario para ir a entrenarse. No pierde la sonrisa para relatar las duras vivencias que tuvo que afrontar en su país, ni tampoco para explicar el día a día del año que ha tardado en recuperarse de una grave lesión de rodilla. Simeone ha recuperado a un futbolista que le ofrece energía en grandes dosis y que sale ganador de la mayoría de los duelos defensivos individuales que protagoniza. Este martes en San Siro, puede ser una de las claves para sostener el poderoso ataque del Inter de Milan.
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Sommer, Darmian, Dimarco, Alessandro Bastoni, de Vrij, Benjamin Pavard, Barella, Mkhitaryan, Marcus Thuram, Lautaro Martínez y Calhanoglu
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Oblak, Marcos Llorente, Samuel Lino, Mario Hermoso, Witsel, Savic, De Paul, Pablo Barrios Rivas, Depay, Griezmann y Koke
Goles
Pregunta. En la primera rueda de prensa que dio tras recuperarse dijo que en su vida había pasado por cosas peores que la lesión.
Respuesta. Es un tema delicado porque para llegar donde estoy he pasado por muchas cosas. No es fácil para un chico mozambiqueño estar en uno de los mejores clubes del mundo. La infancia que he tenido, cómo era mi familia, o qué pasaba, o lo que hacía yo, siendo un chico pequeño, como caminaba una hora para ir a entrenar… A veces iba sin poder comer y sin saber si lo iba a poder. Cuando digo que he pasado por cosas más difíciles, quiero decir que no me voy a venir abajo por una lesión. Soy una persona muy alegre, doy gracias a dios de que cada día que me despierto tengo una vida porque estoy respirando y allí eso es lo más importante.
P. ¿Era complicado desarrollarse en Mozambique?
R. He nacido y he crecido en una familia muy pobre, mis padres hicieron de todo para que pudiéramos crecer.
P. Su padre fue futbolista.
R. Mi abuelo fue jugador y mi padre jugador y entrenador. En mi casa jugábamos todos, hasta mi hermana. Es una familia muy deportista.
P. De aquellas caminatas para ir a entrenar, ¿qué es lo que más le impactaba?
R. Muchas cosas, si empiezo a hablar no terminamos la entrevista. Tenía la ilusión de un niño que estaba dispuesto a pasar de todo, de hecho pasaba de todo cuando iba andando, pero era una cosa más para seguir mi sueño de ser jugador profesional. Lo he conseguido.
P. ¿No tenía miedo cuando caminaba por aquellas calles convulsas?
R. Nunca he tenido miedo, a la única cosa que he tenido miedo es a robar e ir a la cárcel y nunca pensé en mi vida en robar. He nacido no teniendo y robar no iba a cambiar a nada.
P. ¿Es cierto que en Mozambique le piden muchos consejos?
R. Sí, doy charlas en orfanatos, pero no solo por estar donde estoy, es por cómo soy como persona. En mi país la gente me respeta mucho, porque yo respetaba mucho a mis padres. Yo soy como era mi padre, muy alegre. A los chicos les gusta escuchar cómo he logrado conseguir lo que he conseguido. No es que sea una persona superior, pero tengo una manera de pensar diferente. A mí me gusta dar consejos y recibirlos, siempre digo que voy a morir aprendiendo.
P. Los médicos del Atlético dicen que ha sido un paciente ejemplar en el año que ha estado lesionado.
R. Lo he llevado de manera superpositiva. Hacía la recuperación y me iba a mi casa y continuaba en la piscina casi hasta la medianoche o la una de la mañana. Yo solo en la piscina, con calor o frío, lo hacía todos los días.
P. Así es más fácil entender que en los días de frío sea el único de sus compañeros que se entrena con una camiseta con las mangas cortadas por el hombro.
R. Me siento bien así, la sudadera me agobia. A mis amigos en Mozambique les decía que si un día jugaba en Europa iba a volar porque me gustan las temperaturas frías.
P. ¿Por qué bajaba antes y después de los partidos en muletas a ver a sus compañeros?
R. Vivo lo que hago, vivo el fútbol, es el calor que necesitaba en esos momentos y mis compañeros también por mi forma de ser, ellos saben que yo siempre voy a estar con ellos.
P. ¿Dónde adquirió esa fortaleza defensiva?
R. Tiene que ver con mi padre, que era defensor central y me decía siempre que el talento no es suficiente y que hay que trabajar. Yo trabajo todos los días y después puede pasar cualquier cosa porque no soy perfecto. No tengo miedo jugando, siempre doy el 120 por ciento de mí. Puede pasar que cometa un error como contra el Athletic en Copa y hacer un penalti, pero fue por mi agresividad, por cómo vivo los partidos. No me gusta jugar los partidos como si estuviera caminando, así no siento nada. Yo vivo los partidos.
P. Simeone quiere que mejore su faceta ofensiva.
R. Yo jugaba de lateral izquierdo y era muy ofensivo en Francia. Esto tiene que ver con la confianza. Si llegas a un equipo grande y empiezas a jugar de una manera que no estás acostumbrado te cuesta. Yo soy ofensivo, pero necesito confianza del entrenador, de mis compañeros y mía misma para estar relajado.
P. ¿En San Siro, si juega de central le esperan Lautaro Martínez y Thuram, y si hace de carrilero tendrá que defender el ataque por banda del Inter, que es una de sus armas más fuertes?
R. No miro los nombres, yo estoy ahí para defender a quien sea y para ayudar a mis compañeros. Solo me fijo en las caras cuando estoy en el campo. Les podemos competir de tú a tú, aunque ellos sean favoritos. Sabemos lo que queremos, no es imposible.
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